PULCRITUD O CUIDADO PERSONAL
El valor de la pulcritud es la práctica
habitual de la limpieza, la higiene y el orden en nuestras personas, nuestros
espacios y nuestras cosas.
Todos los días, dejamos ver a los demás parte de
nuestra personalidad y costumbres a través de nuestro arreglo personal, el
esmero para trabajar, el cuidado al utilizar las cosas y en general, por la
limpieza que procuramos mantener en nuestra vivienda y lugar de trabajo.
En
algunos momentos de nuestra vida nos preocupamos por dejar una buena impresión
en las personas: elegimos con cuidado nuestro atuendo, peinamos nuestro cabello
al detalle, acomodamos el interior de nuestro portafolios... y esto lo hacemos
cuando vamos a solicitar un empleo, asistir a una reunión de negocios, o
cualquier otro acontecimiento que consideramos importante para nuestra
vida.
Desafortunadamente muchas veces esa primera impresión positiva dura
poco tiempo, pasan los días y comienza a notarse cierto descuido en nuestra
forma de vestir, en nuestros cajones, nuestras pertenencias... ¿Por qué sucede
esto? Sencillamente porque no estamos acostumbrados a vivir con orden y
someternos –al menos personalmente- a una disciplina que nos obligue a cambiar
nuestros hábitos.
Efectivamente, orden, disciplina, perseverancia y
congruencia, son valores que se complementan con el ejercicio de la pulcritud,
porque dejamos de presentar una personalidad ficticia y de apariencias, para
convertirlo en un modo de vida que demuestra educación, cultura y buenos
modales.
Posiblemente lo primero que pasa por nuestra mente acerca de este
valor es el arreglo personal: ropa limpia y sin arrugas, el afeitarse, la
selección del maquillaje y zapatos bien lustrados, en una palabra: perfectamente
aseados. Y todos son elementos tan obvios que parece redundante hablar de ellos.
Lo cierto es que a nadie le gusta presentarse sucio y descuidado en
público.
También las extravagancias en nuestra presentación personal denotan
poca seriedad y carácter; aquí no es cuestión de edad sino de madurez para darse
cuenta que el buen vestir es una costumbre de siempre.
Bueno sería que sólo
tuviéramos que preocuparnos de nuestro atuendo, pero por nuestras actividades
utilizamos cosas y ocupamos determinados lugares, ¿cómo lucen? Dicen que para
conocer como es una persona basta con revisar sus cajones... y es muy
cierto.
La pulcritud debe procurarse en la oficina, el orden de las cosas,
sacudir el polvo del escritorio y los objetos, periódicamente hacer una limpia
de nuestro cajones, evitar comer en nuestra área de trabajo, acomodar libros y
archivero; es cierto, son muchas cosas, pero cada pedazo de papel fuera de su
lugar habla de nuestros hábitos. Ese mismo cuidado se refleja en los documentos
que elaboramos y entregamos, el contenido puede ser extraordinario, pero una
pequeña mancha o una pésima distribución restan mérito a nuestro
trabajo..
Comúnmente pensamos que todo pasa desapercibido y con una
"arregladita" podemos cubrir nuestro desorden habitual, pero no es así. Existe
diferencia entre una casa cuyo aseo es cotidiano y otra donde se hace cada vez
que hay visita, tal vez el polvo en los marcos de los cuadros o debajo de los
adornos... pero no hace falta penetrar en la intimidad de cualquier hogar para
darse cuenta. Lo cierto, es que se nota.
En esta misma línea puede
encontrarse nuestro automóvil, como es de uso personal y normalmente nadie nos
acompaña –además de nuestra familia-, muchas veces es un verdadero basurero, no
sólo por lo que hay tirado, sino por el olor. ¡Qué pena llevar a otra persona!
Por eso es importante formarnos buenos hábitos, para no estar ofreciendo
disculpas y sufrir penas innecesarias.
Todo lo que pasa por nuestras manos
denota el cuidado que tenemos en su uso, agenda, apuntes, bolsillos y hasta las
uñas. ¿Parece exageración vivir este valor? De ninguna manera, en las relaciones
humanas nuestra personalidad tiene un sello distintivo, lo deseable es que sea
positivo, sinónimo de limpieza, buena presencia y cuidado de las
cosas.
PARA VIVIR CON MAYOR ATENCIÓN EL VALOR DE LA PULCRITUD
PUEDES CONSIDERAR COMO IMPORTANTE:
• De tu aspecto personal: para
los varones el afeitarse debidamente o recortarse barba y bigote diariamente;
para las damas, la selección y cantidad de maquillaje; para todos, el corte de
cabello, peinarse debidamente y evitar el exceso en el uso del fijador, las uñas
recortadas y limpias, así como la higiene bucal.
• Si tu piel o ropa se
mancha con algún líquido (tinta, grasa, pintura, polvo), procura lavarte
inmediatamente y eliminar todo residuo, pues no siempre se piensa que es
consecuencia de una actividad en concreto. Si es necesario, cámbiate de
ropa.
• Cuida que tus prendas no tengan arrugas al salir de casa, evita los
pequeñas manchas de comida, polvo, pelusa, falta de botones y el lustre para el
calzado. Revisa los bolsillos de tu ropa antes de su lavado, este pequeño
detalle te evitará disgustos y prendas desechadas a destiempo.
• Procura
comer en el lugar adecuado, (nunca en la oficina, habitación de dormir o el
auto).
Limpia periódicamente tus efectos personales y equipo que utilices en
casa y lugar de trabajo; coloca todo su lugar y en correcta distribución. No
olvides el uso de pequeños cestos bolsas para basura. Todo esto te ayudará, por
consiguiente, a ser más ordenado.
• Asegúrate que tienes un lugar para cada
cosa, y que cada cosa esté en su lugar, tanto en tu habitación como en tu
oficina.
Haz una lista de los detalles que tienes que mejorar, dedica
especial atención a dos de ellos por semana hasta que consigas formarte el
hábito. Con este ejercicio lograrás ser más observador y detectarás a tiempo
otros puntos de mejora.
• Toda persona que se esmera en su presentación
personal, el cuidado de sus cosas y lugares donde usualmente asiste así como las
cosas que ordinariamente usa, crea un ambiente con la armonía que da el orden y
la limpieza, provocando una respuesta positiva en quienes le rodean.
El vivir
el valor de la pulcritud nos abre las puertas, nos permite ser más ordenados y
brinda en quienes nos rodean una sensación de bienestar, pero sobre todo, de
buen ejemplo.
Elaborado por:
Maribel Elena Morales de Casas
Chitré.
Panamá
UNIVERSIDAD LATINA DE PANAMA. SEDE AZUERO
Y como queréis que
hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. (Lucas
6:31)
Que Dios te bendiga.
Recopilado por:
alimentoparalamente@gmail.com
Los valores son las cualidades de las acciones y las cosas que permiten ponderar la bondad, maldad, belleza, fealdad, etc.
Los argentinos, a diferencia de los norteamericanos o europeos, no se identifican con el Estado. El Estado es impersonal y el argentino solo concibe una relacion personal. Tiene una puja por los valores individuales y comunes. Habla de los valores cada vez que hay crisis, en los discursos politicos, los actores sociales, en la television o en los cafes. Se habla de los valores en forma general, pero tambien se habla de valores tradicionales, patrios, solidarios, amistosos, setentistas, etc *
Pero, de que valores hablamos cuando hablamos? y con cuales nos conducimos?
Primero hay que entender que si bien los valores en esencia son permanentes, las poblaciones, las sociedades, cambian y por lo tanto tambien lo hace su apreciacion y comportamiento respecto de ellos, de manera que la matriz "valoracion" varia, tanto en cuales son los que estan presentes como cual es la ponderacion de cada uno de ellos.
Como lo importante a los fines sociales no es la retorica sino la realidad, habria que ver si aquello que desea como conducta social se corresponde con la manera que esa misma gente se conduce.
* REY, Pedro. "Los valores argentinos, en su laberinto" LA NACION, Buenos Aires, Argentina. 23 de noviembre de 2003, 7 Seccion "ENFOQUES".
Pero, de que valores hablamos cuando hablamos? y con cuales nos conducimos?
Primero hay que entender que si bien los valores en esencia son permanentes, las poblaciones, las sociedades, cambian y por lo tanto tambien lo hace su apreciacion y comportamiento respecto de ellos, de manera que la matriz "valoracion" varia, tanto en cuales son los que estan presentes como cual es la ponderacion de cada uno de ellos.
Como lo importante a los fines sociales no es la retorica sino la realidad, habria que ver si aquello que desea como conducta social se corresponde con la manera que esa misma gente se conduce.
* REY, Pedro. "Los valores argentinos, en su laberinto" LA NACION, Buenos Aires, Argentina. 23 de noviembre de 2003, 7 Seccion "ENFOQUES".
DISCUTIREMOS SOBRE CUALES SON LOS VALORES QUE LA SOCIEDAD ARGENTINA TIENE Y CUALES DEBIERA
DEFENDER, DESARROLLAR Y DESTERRAR.y l
as cosas que permite ponderar la bondad, maldad,
domingo, 21 de octubre de 2012
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